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Cuenca vivió el Festival de Luces 2019; una noche de luz, magia y rincones nunca antes descubiertos.



En #CuencaMejorQueNunca este sábado 7 de diciembre vivimos una verdadera celebración de fe, expresada con la luz de cada farol encendido en homenaje a la Virgen Morenica del Rosario.


Este año, particularmente la lluvia estuvo presente, sin embargo, la fe cuencana y su espíritu no desistieron para vivir este espectáculo representado con una alegoría central que recreaba la corona de la virgen. Además, se encendieron miles de faroles que dibujaban casi perfectamente las formas de los altares, pasillos y líneas de la histórica arquitectura del convento de Santo Domingo, el cuál por primera vez abre sus puertas a miles de visitantes quienes vivieron un festival diferente pero con la misma magia de cada año.





Desde hace más de 10 años, y por iniciativa de la Comunidad de Frailes del Convento de Santo Domingo, el aniversario de esta coronación se lo celebró la noche del 7 de diciembre como todos los años con un festival de luces en el que junto con una misa solemne, cientos de fieles colaboraron con la elaboración y la colocación de faroles iluminados en la plazoleta de la iglesia de Santo Domingo y sus inmediaciones.


Se llevó a cabo una serenata a la Morenica, la cual dio mayor realce a este evento, el mismo que es reflejo de la devoción y el entusiasmo con el que los cuencanos celebran sus tradiciones. La presencia del Coro de niños de la Unidad Educativa San Luis Beltràn dió inicio con canciones de navidad, seguido por la intervención del Coro de la Arquidiócesis de Cuenca en donde más de 20 personas interpretaron canciones en homenaje a la Virgen, Reina de Cuenca. Para cerrar la noche, la talentosa cuencana Natalí Carrión, al ritmo de Navidad, cantó varios temas llenos del misticismo propio de la época.

Desde hace algunos años, la Fundación Municipal Turismo para Cuenca es parte importante de la organización de este evento, que cuenta además con el apoyo de la Universidad del Azuay.




Para Azela Rivas, visitante de la ciudad de Guayaquil, esta celebración estaba en su agenda desde hace varios meses, sabía que el viaje a Cuenca por estas épocas era imperdible, siente que la ciudad y los cuencanos son gente llena de tradición y además, destaca que el evento es diferente a varios que se realizan por esta época en muchas ciudades. Siente que tuvo suerte de descubrir rincones únicos en la ciudad como el convento de Santo Domingo y su iglesia los cuales no estaban en sus planes pero que fueron una coincidencia perfecta.





Con historia por más de cuatro siglos y medio, la Imagen de la Señora del Rosario, cuya historia se remonta hacia el año 1557, ha sido una guía permanente para los católicos cuencanos. En ese entonces el religioso Fray Hernando de Telles, que viajó a España con el propósito de presentarse ante el emperador Carlos V, solicitó tres imágenes elaboradas en Sevilla por los mejores artistas en la advocación de la Señora del Rosario; una de ellas fue destinada a la ciudad de Cuenca, cuando en 1559, el religioso volvió a las Américas y trajo consigo las esculturas mencionadas.

Se empezó a conocer a esta imagen como la ¨Morenica del Rosario¨, luego de que así fuese proclamada en enero de 1882 por el Dr. Honorato Vásquez en una de sus poemas. Su coronación canónica fue propuesta por el Superior del Convento de los Frailes Dominicos, Padre Alberto María Piedra, durante la celebración del primer Congreso Mariano en Mayo de 1928.


A las dos de la tarde de un domingo 2 de febrero de 1930, se llevó a cabo en la Basílica de Santo Domingo, el denominado evento ¨Homenaje de las Preseas¨, en donde, besando la peana de la Morenica del Rosario quedaron las coronas de oro de Remigio Crespo Toral, la de la Reina de la belleza Luz María Cordero, condecoraciones de Ilustres ciudadanos, tarjetas diplomáticas, entre otros.


Finalmente la coronación se llevó a cabo el 8 de diciembre de 1933 en una ceremonia a la que asisten 70.000 fieles. En la misma, se corona a la Morenica del Rosario con trofeo de oro puro, fruto del gran trabajo de los hijos de Domingo de Guzmán, que con satisfacción cumplieron con el anhelo de todo un pueblo.

Así Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad, rindió homenaje a su Patrona, y su gente a pesar de la lluvia y el frío, pudieron disfrutar de este encuentro rodeados de luz y de fe.





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